Los detectives privados tenemos que cuidar la imagen de profesionalidad que muchos tienen sobre nosotros, una imagen que ha costado años sembrar y mantener por la gran mayoría de nuestro colectivo. Esa imagen de profesionalidad se consigue, entre otras formas, actuando como consultor con el cliente, escuchando sus necesidades y aportándole soluciones a su medida; indicándole y orientándole, además, el camino más correcto que debe seguir.

Son tiempos de ofrecer información de calidad, información sobre la que el cliente toma decisiones. A nadie le gusta sentirse engañado. He oído varias veces quejas de clientes que han solicitado un informe comercial a un detective y lo que han recibido es el mismo texto del informe de Axesor, Informa, Iberinform o Informes online, sólo que copiado y pegado en un documento de word con el logotipo de su agencia y 20 veces más caro de lo que costó el informe original. Sin confirmar y sin haber aportado un solo dato distinto. Esto no puede ocurrir.
Son tiempos de ofrecer y comprometerse con la profesionalidad. Cada vez que usamos la palabra “detective” estamos creando una imagen de nuestro sector: la percepción que se lleva el cliente sobre el trato recibido y el trabajo o los trabajos realizados.
Estamos generando un camino con ese cliente. Claro que en nuestra trayectoria también encontraremos clientes de un único servicio, a los que yo llamo “cliente comprador”, distinto de un “cliente potencial”, que nada tienen que ver con aquellos a los que denomino, simplemente, “clientes”. A estos últimos, tengo la oportunidad de fidelizarlos, de crearles un valor añadido, algo que es difícil expresar porque se trata precisamente de valores intangibles: relación, compenetración, conexión y comunicación.
Son tiempos difíciles en los que hay que intentar conectar de nuevo con antiguos clientes, quizás tengan necesidades distintas. Si es así, recuerda que son tiempos de profesionalidad y fidelización.
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