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8 ene 2013

Investigar a una persona: el informe inicial, punto de partida


Cada vez son más demandados los servicios de investigación económica de un detective, es decir, cualquier tipo de investigación realizada por un detective privado que cubra la necesidad de información para tomar una decisión y en la que lo económico sea uno de los motivos principales de la solicitud de nuestro cliente. La información obtenida gracias a un detective supone un valor añadido en estas situaciones.

Pero ojo, estas investigaciones no se centran sólo en empresas. Recordemos que el detective es el único que puede aportar datos de personas físicas, por lo que en multitud de ocasiones la investigación se centra en una persona.

¿Quiénes son las personas investigadas?
Objeto común de estas investigaciones son las personas que vinculan su vida a un negocio propio, consejeros de empresas, directores financieros, gerentes, administradores, autónomos, empresarios, accionistas…hasta empleados y parados. Por otra parte, es frecuente encontrarse con empresas que han solicitado un crédito a una entidad bancaria, o quieren trabajar con otras empresas como proveedores o, una vez que han trabajado, les ha dejado pendiente una deuda de varias facturas.  

Todo ello requiere investigación económica. El detective debe aportar al cliente lo que precisa, convirtiéndose en consultor, e implicándose en sus necesidades, esto es, entender su problema. 

¿Qué debe contener el informe inicial?
En todas las investigaciones es recomendable realizar un informe inicial que consistirá en un resumen de la recopilación de información de fuentes abiertas o públicas, posteriormente se comienza a investigar para incorporar datos que no son públicos.

  • Nombre: En el caso que el cliente no facilite el DNI ni el nombre correcto de la empresa o persona física a investigar, es importante hacer las gestiones correspondientes para averiguar el nombre completo y correcto del investigado. En el caso de una persona física, nombre y apellidos (uno o varios dependiendo de la nacionalidad). Podemos encontrarnos con nombres unívocos (aquel que es el único a nivel nacional), lo que nos da la certeza de que se trata de la persona investigada, o por el contrario, nombres muy comunes, tipo José García García o Juan  López Fernández, que complican la cosa.
  • NIF: Disponer del número correcto nos ahorrará tiempo y dudas a la hora de empezar a investigar y hacer solicitudes a organismos oficiales.
  • Domicilio: ¿es de su propiedad? ¿dónde está? ¿quiénes son los propietarios? ¿está libre de cargas? 
  • Cónyuge: nombre y NI. Posteriormente se realizan los mismos pasos que con el primer investigado.
  • Fecha y lugar de nacimiento. Es un dato importante. Conocer la edad es un ingrediente más para valorar su experiencia y puede servir de filtro en el caso de no disponer del NIF y que se trate de un nombre común.
  • ¿A qué se dedica para obtener ingresos? ¿es autónomo? ¿pertenece al consejo de administración de alguna empresa a nivel nacional? ¿trabaja por cuenta ajena? Sobre estas empresas vinculadas, dependiendo del tipo de investigación, averiguar quiénes son los socios, a que se dedican, donde, desde cuando, nº de empleados, experiencia en el comportamiento de sus pagos, cuanto factura...
  • Trayectoria: ¿qué actividad ha desarrollado en su pasado? ¿cómo es su historial profesional? Su solvencia económica (propiedades, patentes, etc...). Sobre su experiencia en el comportamiento de sus pagos ¿Es  buen pagador? 
  • Internet: noticias, páginas web, anuncios, currículo... 


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